'Supervivientes 2025' y los realities que demuestran que hay gente que nace con estrella, como Borja, y otros estrellados, como Montoya

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Esta edición de Supervivientes 2025 ha vuelto a demostrar que veinticinco años después de la llegada de los realities a nuestra televisión, estos continúan siendo un experimento social que nos enseña la pura realidad de la vida, con una pequeña muestra de ciudadanos encerrados.

Es cierto que los concursantes que ya fichan por estos formatos vienen muy "resabiados", que los vídeos que editan creando más o menos tramas no son tan ingenuos como los de las primeras ediciones, o que la elección del casting ya viene muy experimentada a la hora de encontrar perfiles que ofrezcan las historias que más enganchan.

Sin embargo, hay algo en los realities que es imposible de manipular, de "resabiar", y eso es la suerte de cada concursante. Esa mayor o menor fortuna con la que ha llegado cada uno a la vida y que, no sé qué fuerza extraña la reparte, pero no es ningún directivo de televisión.

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LOS40

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Una suerte con la que naces o no naces, que te persigue o se te escapa hagas lo que hagas y no se puede remediar. De eso son el ejemplo perfecto José Carlos Montoya y Borja González, el flamante ganador de Supervivientes 2025.

Este último personifica a ese amigo/a (que hemos tenido todos) al que intente lo que intente todo le sale bien. Cada decisión que toma le lleva por un camino de baldosas amarillas, pero estamos seguros de que si hubiera tomado otro desvío también estaría lleno de luz y color para él. Así, Borja pasó por La isla de las tentaciones siendo uno de los participantes que menos sufrió, que hasta se divirtió y cuando se reencontró con Sandra Barneda meses después, llegaba de la mano de Ana embarazada. ¡Que encima venía con un pan bajo el brazo!

No solo eso, si no que participa en Supervivientes 2025 y gana. Tras una experiencia en la que descubre sus equivocaciones en su relación, se reenamora de Ana, y con ella celebra llevarse los 200.000 euros a casa, junto a su bebé.

Todo ello mientras Montoya ha peregrinado el mismo camino pero siempre estrellado. Se apunta a La isla de las tentaciones y sufre uno de los mayores dramas de todas las ediciones. Se convierte en famoso a nivel mundial, pero no lo puedo gozar porque está pasando sus "fatigas".

Entra en Supervivientes para curarse y se reencuentra con los dos traidores de su historia. Convive con ellos. Vuelve con su chica, sostiene los hilos de todo el reality, se esfuerza por hacer reír a los espectadores, pasa por toda la gama emotiva en la isla y al regresar se estrella de nuevo… ¿contra quién? Contra el que nació con estrella.

Eso es algo que aún pueden seguir mostrando los realities porque nadie puede luchar contra ello, ni la audiencia, ni los directivos, nadie lo puede manipular, no se puede editar en vídeo… es la pura realidad. Y lo más curioso de todo es que para que exista uno, siempre tiene que convivir con el otro.