55 años de ‘Let it be’, el último disco The Beatles que, en realidad, no fue el último
La participación del productor Phil Spector contribuyó a elevar la tensión en la formación

The Beatles, tocando en la azotea del edificio de Apple, en Londres, en enero de 1969. / Mirrorpix
Quienes somos aficionados a la música y por capricho del destino no estábamos en el mundo en la era de The Beatles siempre nos hemos preguntado con qué grado de suma expectación se acogía cada nuevo disco de los Fab Four. Es de suponer que medios y público aguardarían la correspondiente entrega con desmedida avidez, pues la popularidad del grupo de Liverpool era ya enorme mientras estuvo en activo. Esa inimaginable curiosidad debió de alcanzar su cota más alta el 8 de mayo de 1970, hace cincuenta y cinco años, cuando el cuarteto puso en las tiendas el que sería su último disco, Let it be; porque cuando salió, el público sabía que no habría más.
Se da una curiosa circunstancia alrededor de ese álbum: aunque fue el último en ser publicado, no lo fue en ser grabado. Este fue Abbey Road, que se gestó en el estudio durante la primavera y el verano de 1969 (y se puso en circulación en septiembre de ese año). Let it be, en cambio, se grabó antes, entre febrero de 1968 y enero de 1969, con la idea de plasmar en vídeo el proceso de concepción de las canciones. Bajo el título provisional de Get back, la idea —promovida por Paul McCartney— era “regresar” (como indicaba la frase) a los orígenes de la banda, la cual, por un lado, creaba una música cada vez más elaborada y, por otro, había dejado de tocar en directo debido precisamente a esa complejidad. Temás más sencillos que pudieran ser interpretados en directo mientras las cámaras los grababan constituía el objetivo de Get back.
No fue la única peculiaridad. La tensión en el seno de la banda era creciente en aquellos días, hasta el punto de que George Harrison, quien se sentía menospreciado como compositor, espetó a sus compañeros que dejaba la formación (se rumoreó que él y John Lennon llegaron a las manos durante una discusión). Sin embargo, fue bien acogida su propuesta de contar con un miembro adicional como teclista en la figura de Billy Preston, condición que puso Harrison para regresar al grupo. En este disco, por tanto, The Beatles fueron cinco.

Las sesiones de grabación comenzaron en unos estudios cinematográficos donde la banda no se sentía cómoda, lo que no ayudaba a sacar adelante el proyecto. Finalmente, decidieron trasladarse a su estudio habitual en la sede de Apple, donde se encontraban más relajados y estaban acostumbrados a dilatar las sesiones durante toda la noche.
Como el concepto del disco era volver a la música en directo, barajaron varias opciones para tocar y grabar varias de las nuevas canciones en vivo. Tras desestimar algunas muy peregrinas (un barco en medio del mar o junto a las pirámides de Egipto), se inclinaron por realizar ese concierto en la azotea del edificio de Apple Corps, su empresa. De modo que el 30 de enero de 1969, The Beatles y Billy Preston subieron allí a ofrecer la primera actuación de la banda desde 1966 y la que sería la última de su historia. Pese a que la policía detuvo el concierto, los temas se grabaron y algunos se incluyeron en Let it be. Aunque querían lanzar el disco en julio de 1969, la cercanía de la publicación de Abbey Road, solo tres meses más tarde, les convenció de posponerlo hasta mayo de 1970.
Pero si por algo es recordado Let it be, además de por sus preciosas canciones (Across the universe, Let it be, I’ve got a feeling, The long and winding road, Get back…), es por la participación de otro personaje que agravó aún más las tiranteces internas: el productor Phil Spector. Su concurrencia hay que atribuirla sobre todo a John Lennon y George Harrison, quien estaban entonces maravillados con el trabajo de Spector, pero sacó de quicio a McCartney, pues alegó que había destrozado la mágica simplicidad de The long and winding road—una balada de piano— añadiendo acompañamiento de gran orquesta y coro (pudo resarcirse con la publicación en 2003 de Let it be… naked,limpio de toda contribución de Spector).
Pero para mayo de 1970, cuando el álbum llegó a oídos de la audiencia, The Beatles ya no existían. Poco antes McCartney había difundido un comunicado anunciando que dejaba la banda, lo que en la práctica significaba el epitafio de la formación. Así las cosas, Let it be fue recibido con alharacas y sus ventas lo llevaron al número uno de las listas de Estados Unidos, Reino Unido y medio mundo. Y la última palabra de The Beatles (exceptuando sencillos posteriores) quedó dicha.